Turismo gnomónico
Una nueva forma de hacer turismo se va abriendo paso entre los más impenitentes viajeros: El turismo gnomónico, una intencionada mezcla entre los llamados turismo cultural y natural. El descubrimiento de antiguos o nuevos relojes de sol, expuestos en fachadas, plazas y otros espacios públicos, se está convirtiendo en una nueva modalidad turística mediante la que, buscando los métodos en que tradicionalmente los lugareños tenían conocimiento del tránsito del tiempo, se propicia el desarrollo económico de la localidad máxime si se instalan nuevos artefactos de medición horaria solar que aúnen tradición y modernidad, arte y diseño.
Y, sabiéndolo, ya son varios los municipios que de manera fehaciente «venden» lo gnomónico como reclamo.
El más antiguo ejemplo de ello lo encontramos en Porrera, pequeña población enclavada en el Priorato de Tarragona, donde existen 16 relojes de sol ‘en uso’, la mayoría del Siglo XIX y cuyo Ayuntamiento ha editado un folleto explicativo de ellos y una guía-recorrido para localizarlos mejor.
Más recientemente el caso de Otos en el interior de la Comunidad Valenciana, donde en 2005 se inauguraron ocho relojes de sol obra de otros tantos artistas valencianos de reconocido prestigio nacional e internacional, que vienen a unirse a los siete que ya existían en el pueblo y a los más de 120 que se encuentran censados en la Vall d’Albida y que vienen recogidos en el libro Rellotges i Calendaris Solars a la Vall d’Albaida de Joan Olivares i Alfonso.
También la localidad leonesa de Ponferrada se ha sumado a esta nueva modalidad turística de manera explícita, ya que desde en 2012 y con motivo de las obras de remodelación de su Casco Antiguo tenían prevista la instalación de entre dos y cuatro relojes que sumados a los ya existentes, configurarían una muestra total de una docena que harán las delicias de quienes recorran las calles de la ciudad.
Mencionamos asimismo el caso de Villena, ya que su centro histórico cuenta con una interesante muestra de cuadrantes solares fechados entre los siglos XVI y XVIII.
Con tal motivo su ayuntamiento ha establecido una Ruta de los relojes de sol que junto a la ruta dedicada al Modernismo local, las Fiestas del Medievo, los festivales de verano y el magnífico patrimonio monumental de la localidad constituyen una invitación su visita.
A la invitación que a la realización de dicha clase de turismo se realiza desde las respectivas municipalidades, habría que añadir los casos más discretos de guías turístico-gnomónicas publicadas en diversos medios, como la incluida de Relojes de Barcelona en la web de la Societat Catalana de Gnomònica, la de los relojes de sol de la Comunidad de Madrid, publicada en revistaibérica.com, o las que se ofrecen, incluyendo diversos circuitos para realizar por todo el territorio andaluz, en el CD-ROM Relojes de sol de Andalucía.
También desde el ámbito particular se ofrece la realización de rutas gnomónicas a modo de Reto para Aventureros como el que nos realiza desde la Comarca de la Sierra de Aracena, en Huelva, el dinamizador cultural Ignacio Garzón González. A través del enlace, a los/las interesados/as en conocer los relojes de sol de esta comarca, les propone un juego de ruta con pistas para ir descubriéndolos, teniendo en cuenta que todos los relojes de la ruta son visibles desde lugares públicos (calles, plazas, etc.).
Una última apuesta de ruta de relojes solares es la que ofrece realizar por Sevilla el estudio de arquitectura Honorio Aguilar quien propone conocer a través de ellos la historia de la ciudad.
Pero la información sobre la modalidad turística descrita no estaría del todo completa si no se incluyera el Museo de relojes de sol de la localidad barcelonesa de Cabrils en el que Andreu Majó ha logrado recopilar una interesante muestra de relojes solares de todo tipo.
Estos son sólo algunos ejemplos existentes en España que vienen a sumarse a otras iniciativas de países de nuestro entorno más cercano, donde localidades, regiones, parques gnomónicos y otras muestras, cada vez más atraen el interés del público.
Esteban Martínez
Abril de 2012