Reloj de bolsillo calculado para la latitud de Borja
Pedro J. Novella nos describe en este artículo un pequeño reloj de sol horizontal diseñado para la localidad aragonesa de Borja, que ha conocido recientemente y que se encuentra dentro de una cajita con instrucciones muy detalladas de como se hacía la lectura. Además, como es habitual en todos sus trabajos, profundiza en el conocimiento del autor y su época.
Inscripción manuscrita en tinta roja en la cara inferior de la tapa de la caja del reloj:
Reloj de sol
horizontal para Borja
Para saber la hora se coloca el reloj en (*)
un plano bien nivelado, es decir, que no
esta mas alto ni mas bajo por un lado q.
por otro. La parte en que estan marcadas
las 5 de la mañana y las 7 de la tarde se po-
ne al Sur y la que tiene las 12 del día,
al Norte. Las puntas de la aguja de
la brújula deben estar en dirección rec-
ta con los puntos negros q. hay en el borde del
cristal, como se ve en la figura que hay en el
fondo de esta caja.
(*) El suelo, el poyo de una ventana, el piso de un
Balcón o de una mesa donde dé el Sol.
La inscripción de la tapa continúa en el lado interior de la cara lateral de la caja del reloj de sol:
La desviación que hacia el O.
se observa en la aguja, debe
obedecer á la proximidad del
Moncayo, que respecto de Bor-
ja se encuentra en esa dirección.
Dentro de la caja, de 8 x 8 x 4 cm, hay también una tabla con los valores de la ecuación de tiempo más la corrección de longitud, redondeados a minutos, para poner en hora un reloj mecánico.
El reloj de sol horizontal está pintado de blanco (marco, líneas y números) sobre ocre rojo (cara) en una delgada placa cuadrada de barro cocido de 7,5 x 7,5 x 1 cm. Tiene marco doble sin superficie de distribución, numeración horaria en arábigos de 7 de la mañana a 5 de la tarde, y marca también medias y cuartos con líneas más cortas. El gnomon está recortado en chapa y es de forma triangular.
Según su propietario, Luis Quintas Ripoll, este reloj de sol de faltriquera y algunos otros objetos que conserva por herencia familiar, pudieron pertenecer probablemente al conocido africanista Emilio Bonelli.
Sobre Emilio Bonelli
Emilio Bonelli Hernando (Zaragoza, 1855 – Madrid, 1926). Militar, africanista, escritor y conferenciante. Hijo de Eduardo Bonelli Ceppi, profesor de química de origen italiano venido a España, donde tuvo a sus hijos Camilo, Virginia y Cornelia de su primera mujer Isidra Regalía. Tras enviudar, se estableció en Zaragoza donde casó en segundas nupcias con Isabel Hernando. Al enviudar de nuevo, Eduardo Bonelli se trasladó con su hijo a Marsella. Emilio se establece con su padre en Tánger, en donde un hermano de su padre ejerce de farmacéutico. En Tánger asiste a una escuela musulmana y viste como los nativos. Fruto de su origen y de los viajes realizados llega a dominar cuatro idiomas: español, italiano, francés y árabe. Huérfano a los 14 años, se gana la vida como intérprete en el Consulado de España en Rabat. Ingresa a los 20 años en la Academia de Infantería de Toledo, entre 1875 y 1878, y es destinado como alférez al regimiento de la Princesa con sede en Madrid. En el mismo año es nombrado socio corresponsal de la Sociedad Geográfica «D. Emilio Bonelli, explorador de Marruecos», y posteriormente secretario tras realizar una expedición a Marruecos. En 1884, siendo capitán de infantería, organizó otra a la península de Río de Oro, ocupando la costa entre cabo Bojador y cabo Blanco, y fundando Villa Cisneros. En 1885 fue nombrado Comisario Regio en la costa occidental de África, cargo de nueva creación, consiguiendo establecer la paz con las cabilas de la zona.
En 1888 figura como director literario de La Ilustración Nacional: revista literaria, científica y artística. Autor de artículos: Exploraciones en Fernando Poo (Boletín de la Sociedad Geográfica de Madrid, 1888); Una expedición en el río San Benito, Comunicaciones en Marruecos, La política colonial en España, La exploración de Fernando Poo, La colonización de Fernando Poo, (Revista de Geografía comercial. T IV y V, 1992-1996). Conferencia en el Ateneo de Madrid, auxiliándose de proyecciones eléctricas: Las posesiones en el Golfo de Guinea (La Ilustración nacional. Nº 8, 1990). El 16 de mayo del mismo año, pronuncia en el Ateneo una conferencia titulada Un viaje al Golfo de Guinea. Fue miembro fundador en 1913 de la Liga Africanista Española, de la que fue vicepresidente.
En la Biblioteca Virtual de Prensa Histórica hay más de cuatrocientas entradas dedicadas a Bonelli. En ninguna de ellas lo podemos relacionar con Zaragoza o su provincia.
Sobre las inscripciones en la caja del reloj
La declinación magnética (ángulo comprendido entre el norte magnético y el norte geográfico) no tiene relación con la cercanía del Moncayo a Borja, tal como supone el constructor del reloj en la nota escrita en el interior de una de las caras laterales de la caja. La desviación de la aguja de la diminuta brújula del reloj horizontal no es siempre la misma, depende del lugar donde se coloque. Se puede comprobar intentando calcular la declinación de la fachada de un edificio mediante un brújula del mismo tamaño. Si colocamos la línea de mediodía del reloj de sol perpendicular a la fachada y nos situamos en distintos lugares, podremos comprobar que el ángulo de la aguja varía. Suponemos que el constructor del reloj de sol lo colocó sobre una línea meridiana y, a continuación, señaló los dos puntos en el marco exterior, aunque con uno sobraba.
Dice en la nota manuscrita en la cara inferior de la tapa de la caja del reloj, que el reloj de sol se puede colocar en el suelo, en el poyo de una ventana, el suelo del un balcón o sobre una mesa donde dé el sol.
Los antiguos tratados de Gnomónica desaconsejan utilizar relojes de faltriquera con brújula para poner en hora los relojes mecánicos. Dos ejemplos:
Esto es lo aconsejado por Matheo Sánchez Villajos (Estadal de Agricultura…Madrid, 1744) sobre el asunto:
- Para tomar lineas al Mediodía, si puedes de noche en el parage, lo primero notar con cuidado una linea derecha al Norte, y esta será fixa al Sol del Mediodía, porque no suele ser mui segura la brujula del Relox del Sol para fiarse de ella.
Fray Manuel del Río (Arte de reloxes de ruedas para torre, sala, y faltriquera. Madrid, 1798) añade que el reloj de sol testigo utilizado para poner en hora el reloj mecánico debía ser fijo:
- Yo añado, que el reloj de sol ha de ser de los que están fijos en el asiento, y que los cilíndricos, quadrantes, anillos, y otros reloxes portátiles no sirven para estas observaciones.
Por tanto, orientar con la brújula el reloj de sol de faltriquera calculado para Borja no es fiable. Por otro lado, si el observador va a utilizarlo siempre en el mismo lugar, lo lógico es orientar el reloj de sol horizontal sobre una meridiana trazada previamente en el poyo de la ventana o en el suelo del balcón, siempre que estuvieran bien nivelados.
Bonelli, acostumbrado al uso de la brújula, sabía que la desviación de la aguja no se debía a la proximidad del Moncayo. El constructor del reloj portátil escribió las dos notas en papel antes de pegarlas a la caja del reloj de sol. La letra de las notas no es de Bonelli. Solo hay que comparar la caligrafía de dichas notas con la de la dedicatoria de su puño y letra en la primera página de Observaciones de un viaje por Marruecos, conferencia pronunciada en la Sociedad Geográfica de Madrid el 7 de Noviembre de 1882.
Luis Quintas Ripoll es tataranieto de Virginia Bonelli Regalía, hija de la primera mujer de Emilio Bonelli Esppi y hermanastra de Emilio Bonelli Hernando. Virginia Bonelli Regalía nació el año 1818 y, posiblemente, falleció antes de que se construyera el reloj de sol de bolsillo para la latitud de Borja. La corrección de longitud añadida a los valores de la ecuación del tiempo prueba solamente que el reloj se construyó después de 1900; es decir, que también se pudo construir cinco o diez años más tarde.
El reloj de sol lleva en el interior dos cilindros con cinco tiras de papel, escritas a dos caras y enrolladas, donde se explica detalladamente su funcionamiento, tres formas distintas de calcular la meridiana y el paso de la hora solar a la hora civil, añadidos innecesarios si el reloj hubiera sido construido para Emilio Bonelli Hernando (1).
Algunas imágenes de las tiras de papel escritas a dos caras insertas en los dos cilindros en las que se explica el funcionamiento del reloj, el cálculo de la meridiana y el paso de la hora solar a la hora civil.
Antonio Pasamar Sangüesa, autor del reloj de sol
La información recibida (posteriormente) más interesante se encuentra en la cara inferior de la pequeña baldosa de barro cocido donde está grabado el reloj de sol horizontal:
Si la información sobre Emilio Bonelli Hernando en la Biblioteca Virtual de Prensa Histórica (más de 400 entradas) es tan abundante que serviría para completar una extensa biografía, no ocurre lo mismo si intentamos localizar a Antonio Pasamar. Solamente he encontrado una noticia en El Eco Minero (Linares, 25/09/1884, nº 734) sobre un tal Antonio Pasamar y Sangüesa, músico de profesión:
- D. Antonio Pasamar y Sangüesa ha traído un cuaderno manuscrito que lo forman diez sonatas para órgano cuya propiedad cede en doscientas cincuenta pesetas.
Mientras tanto me puse en contacto con Manuel García Rivas del Centro de Estudios Borjanos, solicitando noticias de algún borjano llamado Antonio Pasamar, nacido a finales del XIX, que tuviera conocimientos de Gnomónica. Esta es su respuesta:
- Los datos facilitados (se refiere a Antonio Pasamar Sangüesa) corresponden al volumen II de mi Diccionario Biográfico de personas relacionadas con el antiguo Partido Judicial de Borja (pp. 800-801) que publicó nuestro Centro en 2005. En el periódico local «Ecos del Moncayo», apareció una reseña biográfica el 3 de mayo de 1924 (nº 249). Pero no tenemos más datos acerca de su descendencia.
A los 18 años Antonio Pasamar Sangüesa(2) se trasladó a Madrid y allí tuvo su residencia hasta su fallecimiento acaecido en 1924. Viviendo en Madrid, construyó un reloj de sol para la altura de Polo de Borja. Varias de sus composiciones prueban que mantuvo contacto con su tierra natal. Entre ellas Gozos a la Virgen de la Peana, patrona de Borja, Auras del Huecha dedicada al afluente del Ebro que pasa junto al pueblo, y un Motete a la Virgen cuya partitura se conserva en el convento de Santa Clara(3). Debemos suponer. que a veces viajaba a Borja, viajes que justificarían la construcción del reloj, aunque solamente tenemos una referencia concreta a su posible estancia en el pueblo en el año 1900(4).
Otro dato a tener en cuenta es la tabla de valores de la ecuación del tiempo. Antonio Pasamar la escribió completa en tres columnas, ordenada por cuatrimestres y con números diminutos, en una de las tiras de papel enrolladas dentro de los tubos de cartón guardados en el interior de la caja del reloj de sol. Resulta muy significativo, quizá porque el reloj se utilizaba durante el verano, que los valores de los meses de julio, agosto y septiembre los trasladara a una hojita suelta escritos a mayor tamaño. ¿Visitaba Antonio Pasamar su pueblo por esas fechas?
He leído en la web de la Coral Vientos del Pueblo de Borja que se conservan algunas notas manuscritas de Antonio Pasamar(5) y les he escrito solicitando, concretamente, una fotografía de una dedicatoria de su puño y letra, con el fin de comparar la caligrafía con lo escrito en el reloj de sol, y ésta es la respuesta a mi correo de 19 de febrero de 2020:
- Respecto a la consulta realizada en este correo sobre la letra de Antonio Pasamar, confirmamos que es la suya, pues hay partituras en el archivo de la Colegiata de Santa María de Borja que lo acreditan ya que tenía la costumbre de escribir su nombre en todas las partituras que componía.
Pedro J. Novella
Febrero de 2020
Fotos de Luis Quintas Ripoll,
propietario del reloj
Notas
(1) Reproducción de los textos realizada por el propietario de reloj
En los rollitos de papel dentro de los cilindros de cartón hay unas explicaciones extensas y minuciosas para orientar correctamente el reloj:
Reloj de Sol horizontal para Borja.
En este reloj se encuentran las horas empezando por el número 5 que hay a la derecha en la parte superior y representa las cinco de la mañana. Se sigue hacia abajo contando las seis, las siete, las ocho y las nueve, y luego sigue de derecha a izquierda las diez, las once, las doce, la una y las dos; después se cuenta hacia arriba las tres, las cuatro, las cinco, las seis y las siete de la tarde. Señala las horas la sombra que hace el triángulo que se levanta sobre la línea de las doce desde el centro de la línea de las seis hasta la parte más alta del triángulo.
Se coloca el reloj sobre un plano horizontal perfectamente nivelado (es decir, que no esté más alto por un lado que por el otro, sino igual por todas partes) en que debe haber trazada una línea meridiana. La parte en la que están marcadas las cinco de la mañana y las siete de la tarde se coloca hacia el Sur, y la que tiene las doce hacia el Norte; de manera que la línea de las doce caiga en toda su longitud exactamente sobre la línea meridiana.
Línea meridiana
1º Se mira en un reloj de sol de pared cuando marque las doce del día y se pone en dicha hora un reloj de bolsillo. Al día siguiente a la misma hora se miran los dos relojes a la vez y se ve si el de bolsillo está igual que el de sol, o si adelanta o atrasa algo, y en este último caso se pone otra vez el de bolsillo a la hora justa con el de sol. Al otro día a las doce, teniendo en cuenta lo que atrase o adelante el reloj de bolsillo, se coloca el de sol en el sitio en que ha de estar de modo que la sombra del triángulo y la línea de las doce formen una sola línea en toda su dirección.
Hecho esto, se toma un hilo y fijando uno de sus extremos a una distancia conveniente del reloj por la parte del sur, en dirección recta a la línea de las doce, se pone el otro a la parte norte de modo que el hilo pase en línea recta por la de las doce y teniéndolo tirante, cuidando de no mover el reloj, se señala un punto en cada extremo, se quita el reloj y desde el uno al otro de estos puntos se tira una línea recta y esta es la meridiana. Véase en la (Figura 1ª) Hoja 4ª. La línea de puntos encarnados representa el hilo que ha de pasar por encima del reloj. Después se coloca el reloj sobre la línea meridiana de modo que la línea de las doce caiga encima de ella (Fig. 2ª).
2º. En un plano horizontal bien nivelado se coloca un puntero delgado, que termina en punta de manera que verticalmente esté en todos sus lados en ángulos rectos con la superficie del plano, lo que debe comprobarse muy bien con la escuadra. El asiento del puntero será en el punto A (Figura 3ª), mírese donde llega el extremo de su sombra a las diez o diez y media de la mañana, y suponiendo que llega al punto C se señala con lápiz y quitando el puntero se sienta un pie del compás en el punto A y con el otro se traza un semicírculo que llegue al lado opuesto. Se coloca otra vez el puntero como se puso antes cuidando que su altura sea exactamente igual que antes, y se observa cuando el extremo de la sombra llega a tocar el semicírculo por el lado opuesto, que será en el punto B a la una y media o las dos de la tarde: se señala con el lápiz el punto B, se quita el puntero y poniendo un pie del compás en el punto B se traza un arco C D, luego se sienta un pie del compás en C y se traza con el otro el arco B D y ambos arcos se cruzarán en D, y desde el punto A al punto D se tira una línea recta que pase por el punto en que se cruzan los arcos y esta es la meridiana.
3ª. Colóquese sobre un plano horizontal bien nivelado sobre el punto X (Figura 4ª) un puntero perfectamente vertical y que por todos sus lados esté en ángulo recto con la superficie, y, a cualquier hora del día 22 de Marzo a 22 de Septiembre, véase donde llega el extremo de la sombra y se señala con un punto con lápiz.
A la media hora o tres cuartos de hora hágase otro punto en el sitio en que esté el extremo de la sombra. Repítase esta operación dos veces más con el mismo intervalo de tiempo, minuto más o menos, y resultarán los puntos A B C D (Figura 4ª). Se tira una línea recta que pase por dichos puntos, y en cualquier parte de esta línea, por ejemplo en el punto E (Fig. 5ª) se pone un pie del compás y con el otro se traza el semicírculo F G. Después se pone un pie del compás en F y se hace un arco G H , y luego se pone un pie del compás en G y se hace el arco F H, tírese una línea recta que pase por el punto E y el punto H en que se cruzan los arcos y esta es la línea meridiana.
Los procedimientos 1º y 2º pueden practicarse cualquier día del año; pero los mejores son el 22 de Junio y el 22 de Diciembre, o sea, el día en que empieza el verano o el día en que empieza el invierno.
El tercer procedimiento solo puede practicarse el día 22 de Marzo o el día 22 de Septiembre o sea cuando empieza la primavera y cuando empieza el otoño. Si no se hace en los días indicados, pueden utilizarse los días anterior o posterior, es decir, el 21 o el 23, que varía muy poco la dirección del sol.
Trazada la línea meridiana se coloca el reloj sobre ella como se ve en la figura 2ª.
Advertencia importante
Téngase en cuenta que los relojes de sol marcan la hora verdadera del lugar para el que están hechos, y los relojes de las estaciones del ferrocarril señalan la hora oficial, o sea la que rige en Madrid desde el 1º de enero de 1901 con arreglo al tiempo solar medio del Meridiano de Greenwich, llamado vulgarmente tiempo de la Europa Occidental, de lo que resulta que los relojes de las estaciones, en unas partes adelantan a la del sol, y en otras retrasan, más o menos, según a los grados de longitud oriental u occidental que se encuentran respecto de dicho Meridiano, que es el que rije, y adelanta quince minutos con el Meridiano de Madrid, y seis con el de Borja. A la diferencia de Meridiano hay que agregar la del tiempo medio, o sea la del momento en que se fija el mediodía civil, que es, según la época del año, antes o después de que el sol pase por el meridiano.
Tabla de lo que el reloj de Borja atrasa o adelanta con el del sol, sumadas las diferencias de Meridiano y tiempo medio. La letra a significa adelanta y la r retrasa. (sigue la tabla)
Alrededor de las figuras 1ª y 2ª hay unos comentarios:
Si el reloj tiene brújula, no hace falta la línea meridiana, pues se coloca el reloj de modo que la aguja de la brújula esté en dirección recta con los puntos negros que hay en el borde del cristal, como se ve en la figura que hay en la caja.
La desviación que hay hacia el O se observa en la aguja, debe consistir en la proximidad del Moncayo en esa dirección.
Luis Quintas Ripoll, Madrid, febrero de 2020 ▲
(2) Pasamar Sangüesa, Antonio (1845-1924)
Nacido en Borja el 13 de junio de 1845, fue uno de los muchos niños que iniciaron su formación musical como «infante» de la Capilla de Música de la antigua colegiata de Santa María, bajo la dirección del maestro Ladrón de Guevara.
Allí creyó sentir la vocación religiosa y comenzó los estudios eclesiásticos en el Seminario de Tarazona, pero los abandonó algunos años después, para continuar su carrera artística en el Conservatorio de Madrid. Alumno del Maestro Eslava, debió atravesar por algunas dificultades económicas, aunque contó con el apoyo del Ministro Francisco Luján, un destacado político de la época al que fue recomendado.
A pesar de ello y deseoso de asegurarse el futuro con sus propios recursos, ingresó como soldado del Regimiento de Ingenieros de Madrid, donde llegó a ocupar, muy pronto, una plaza de Sargento de su Banda de Música.
De esta forma pudo terminar la carrera en el Conservatorio y, cuando dispuso del título de Profesor de Música, causó baja en el Ejército para iniciar una carrera docente, en el ámbito privado, que le proporcionó un justo reconocimiento.
Autor de un Método de piano sin solfeo, mostró gran interés por la música religiosa de calidad, dejándonos algunas obras de gran belleza como su Miserere o sus dos grandes Nona.
Como todos los músicos borjanos de la época compuso, también, obras dedicadas a la Patrona de la ciudad, como los Gozos a la Virgen de la Peana o el Himno del Centenario.
A pesar de su capacidad, la evolución artística de Pasamar no siguió un curso ascendente sino que, por el contrario, se vio afectada por las adversidades que rodearon su vida y por su carácter taciturno, hasta el punto de que, en sus últimos años, tuvo que recurrir al auxilio de algunas instituciones benéficas para poder sobrevivir.
Falleció a una edad muy avanzada el 9 de marzo de 1924.
GARCÍA RIVAS, Manuel.
Diccionario Biográfico de personas relacionadas con el antiguo Partido Judicial de Borja. V II, pp. 800-801.
(3) Composiciones de Antonio Pasamar relacionadas con Aragón:
- Gozos a la Virgen de la Peana (Patrona de Borja) a 5 voces, orquesta y órgano.
- Recitado y Aria a la Virgen de la Peana, para tiple y orquesta. Año 1911.
- Ecos del Ebro, capricho sobre la Jota Aragonesa, Ms. para gran orquesta…
- Jota conmemorativa para piano. Dedicada a la Inmortal Ciudad de Zaragoza en el Centenario de los Sitios. Piano. Ms. del autor. Coplas con texto. Al final hay un manuscrito del autor sobre «un defensor en Zaragoza» fechada en Madrid. Marzo de 1908.(fot.)
- Auras del Huecha (afluente del Ebro que pasa por Borja). Tandas de Valses para piano. Ms. del autor.
JIMÉNEZ AZNAR, E. Diccionario de músicos borjanos (en preparación).
Motete a la Virgen de Antonio Pasamar compuesto en Madrid en 1901.
AGUILERA HERNÁNDEZ, Alberto. La música en el convento de Santa Clara de Borja. Cuadernos de Estudios Borjanos LII, 2009.
▲
(4) Pasamar (SANGÜESA), Antonio, maestro (1900).
JIMÉNEZ AZNAR, E, (1994). Actos del cabildo de la colegial y del capítulo parroquial de Santa María la Mayor de Borja (Zaragoza), 1545-1954. Zaragoza: Institución Fernando el Católico.▲
(5) Dedicatoria manuscrita de Antonio Pasamar
Melodía para piano. Impreso. Antonio Romero. editor. Madrid. Partitura vertical. 7 págs. verticales. Al final hay una dedicatoria manuscrita del autor a D. Alfredo Ojeda, aunque está dedicada a la memoria de Fermina Ormazábal. En la dedicatoria de Alfredo Ojeda hay una dirección que puede ser la de la residencia de Antonio Pasamar en Madrid «Torrecilla Leal 14, 3º».
- JIMÉNEZ AZNAR, E. Diccionario de músicos borjanos (en preparación).
GARCÍA TEJERO, Alfonso. El cancionero de Sevilla: colección de artículos, leyendas y poesías… Madrid, 1871.
Otras noticias sobre Antonio Pasamar en la Biblioteca Virtual de Prensa Histórica:
Música. En el concierto celebrado en el Liceo Romea lírico-dramático, se cantaron en la primera parte: 6. Dúo de la Blanca Luna, ejecutado por los señores Urrutia y Casella, de Rossini. Acompañó al piano el alumno de dicha Escuela don Antonio Pasamar.
La Iberia: 1 de diciembre de 1869.
En el almacén de música de Romero, calle de Preciados , se ha puesto a la venta una líndísima melodía para piano titulada Un recuerdo y una lágrima, compuesta por el joven D. Antonio Pasamar, que á juzgar por esta muestra, ofrece muy grandes esperanzas como compositor de inspiración y sentimiento. Recomendamos a nuestras bellas aficionadas, la adquisición de esta pieza musical que hallarán, a no dudarlo, de indisputable mérito».
La correspondencia de España: Madrid, martes 6 de septiembre de 1870.
Hemos oido hacer grandes elogios de la linda habanera que con el título de La reina de las flores hacompuesto el aventajado alumno del Conservatorio D. Antonio Pasamar, que ya se había dado a conocer muy ventajosamente con una tiernísima melodía titulada Un recuerdo y una lágrima.
La correspondencia de España : Madrid, 17 de mayo de 1872.
El Sr. Antonio Pasamar nos ha enviado para la rifa o venta á beneficio del barco PATRIA diez ejemplares del del Prontuario teórico extractado de su Método especial de piano.
El liberal: viernes 25 de septiembre de 1875.
Metodo especial de piano, por el que pueden estudiar dicho instrumento, asi los que tengan conocimiento de solfeo, como los que no le conozcan ni quieran estudiarlo, obteniendo unos y otros el mismo resultado ; compuesto por D. Antonio Pasamar. Con razón dice el autor de este Método que si grande es la afición que al estudio del piano se ha desarrollado en todas las clases sociales, no es pequeña la aversión que la mayoría de los aficionados tienen al solfeo, sin cuyo requisito es sumamente difici!, ya que no imnosible, obtener los buenos resultados apetecidos. Si lodos los aficionados se decidieran á estudiar debidamente…
La Ilustración española: nº XV, año 1885, p. 248.
En El Fomento de las Artes han obtenido la clasificación de sobresalientes en los exámenes verificados en el curso recientemente finado…
Piano para hombres.—Profesor D. Antonio Pasamar: D. Carlos Rubio.
La correspondencia de España : Madrid, 14 de agosto de 1890.
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