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Horologia de la Bética

La medición del tiempo siempre ha sido objeto de estudio por las distintas culturas que poblaron la Tierra. De la observación natural de fenómenos cíclicos anuales, como las estaciones, surgieron los calendarios y de éstos los meses, las semanas y los días para acabar determinando las horas que inicialmente fueron medidas con los relojes de sol y posteriormente con otros sistemas como los relojes de agua, arena, etc.

El tiempo en Roma

A mediados del siglo V AC(1), en la Ley de las XII Tablas lex duodecim tabularum, base jurídica del Imperio Romano, sólo se menciona el amanecer y el atardecer(2). Más tarde se agregaría el meridies –la mitad del día- y en consecuencia el ante y post meridiem. Ese momento diario fue crucial en las actuaciones en derecho civil y ya antes del comienzo del siglo III AC, el comitium, un espacio dedicado a realizar asambleas y orientado hacia los cuatro puntos cardinales, era utilizado como un reloj de sol(3) por los magistrados. Pero el día también era conocido por otros momentos como diluculum, amanecer, mane, por la mañana, ad meridies, hasta el mediodía, de meridie, después del mediodía, serum, la tarde, suprema, última hora, crepusculum, crepúsculo, prima fax, concubium noctis, intempesta nox, media nox y gallicinium, éste último, canto del gallo o alba(4).

Pero más allá de estos estadios y momentos diarios Roma no le prestó demasiada atención a la medición del tiempo. Incluso sus primeros relojes solares públicos instalados en la capital de imperio fueron botín de guerra, el primero de su lucha contra los samnitas, en el 293 AC que fue situado en el Quirinal y el segundo, treinta años más tarde, en el foro, procedente de Catania, fruto de la victoria frente a los cartagineses en Sicilia.

En el año 164/163 AC fue instalado un tercer reloj solar, aunque esta vez, de producción propia, adaptado a su latitud. Cinco años más tarde instalaron una clepsidra. Estos relojes de agua que heredaron, como los de sol, de la cultura griega eran utilizados por los oradores en sus discursos y para determinar la duración de las guardias nocturnas en las campañas militares.

Pero no fue hasta el año 46 EC en que se aprobó la reforma del calendario por Cayo Julio César(5) (100-44 EC) cuando se establecieron los doce meses del año, la división de meses en semanas y del día en 24 horas, adoptando definitivamente el cómputo egipcio con doce horas diurnas y doce nocturnas. En el primer caso los nombres de las doce horas iban desde la prima hasta la duodécima hora y para la noche, eran agrupadas de tres en tres, dándoles una denominación que guardaba relación con los cuerpos de guardia militares: prima, secunda, tertia y quarta vigilia.

Esquema de momentos diarios y de la división en horas de una jornada con la duración de días y noches en el solsticio de invierno en la ciudad de Baelo (Bolonia, Cádiz)

Pero las horas, ni en la época romana antigua ni en la posterior, tenían la misma duración, de ahí que este tiempo horario se denomine horario desigual, del que más adelante trataremos de explicar su razón de ser.

Reloj solar plano de Pompeya. Foto: Manuel Hernández

En la ciudad de Pompeya han sido localizados 49 cuadrantes solares(6) datados entre el siglo II AC y el final de I EC. Si en esta pequeña ciudad apareció ese número de cuadrantes -el sesenta por ciento de ellos en estancias privadas- cuántos no habría en las grandes ciudades de Imperio.

Reloj solar de Pompeya. Autor: Manuel Hernández

Esta presencia de relojes de sol en edificios, jardines y patios privados, más allá de los situados en foros, termas y teatros o en otros edificios públicos dedicados a la cultura y a la transmisión del conocimiento, evidencia que los ciudadanos, ya en esta época, tenían la necesidad de conocer la hora para comer, ir a los baños públicos o para atender sus citas sociales, como bodas o acudir a los espectáculos como el circo o el teatro.

Estatua de Séneca que se expone actualmente en el Alcázar de Córdoba.

De entre el imponente legado filosófico del cordobés Lucio Anneo Séneca (4 AC-65 EC) hemos entresacado las siguientes citas referentes al tiempo y su importancia en la vida humana:

  • Una era construye ciudades. Una hora las destruye.
  • En tres tiempos se divide la vida: en presente, pasado y futuro. De éstos, el presente es brevísimo; el futuro, dudoso; el pasado, cierto.

El propio Séneca sobre la muerte de Claudio en el año 54 comenta en el Apocolocintosis(7): «Era el mes de octubre y el día tercero antes de las idus de octubre. La hora exacta no te la puedo decir: antes se llegará a un acuerdo entre filósofos que entre relojes; no obstante, era entre la sexta y la séptima»(8).

Sirvan estas citas y explicaciones para intentar justificar la importancia que desde época inmemorial se ha dado al término tiempo en las diferentes civilizaciones, pero también en la romana, objeto del presente trabajo.

Los horologia solaris

De la cultura romana hemos heredado un importante legado: Filosofía, Literatura, Derecho, Economía, Arte, Arquitectura, la lengua, el calendario y tantas y tantas disciplinas que conforman nuestro modo de ver la vida, con origen en la civilización grecolatina, actualizada en el Renacimiento y transmitida generación tras generación hasta nuestros días. Pero dentro de los elementos materiales transmitidos no sólo nos dejaron acueductos, monedas, mosaicos, esculturas, capiteles o enterramientos, también, como hemos visto anteriormente, relojes solares –horologia solaris(9)– y epigrafías referidas a ellos.

En relación con los relojes de sol, ya Gibbs(10) nos anticipaba en 1973 en su tesis presentada en la Universidad de Yale, un primer censo de cuadrantes solares de origen greco-latino, cifrándolos en 263 si bien a fecha actual el número de piezas censadas ronda las 600(11) tal como se recoge en el “Catalogue archéologique” del Observatorio de París(12).

Como anticipábamos al comienzo, el tiempo en Roma se regía por el horario desigual y por ello en los horologia romanos encontramos las líneas trazadas en este tipo de horario. Pero ¿qué es el horario desigual? Las veinticuatro horas en que, desde la cultura egipcia, en Grecia y Roma, hasta hoy es dividido el día, no siempre lo ha sido de la misma forma: mientras que en la actualidad nuestras horas son “iguales”, es decir, de la misma y exacta duración, sesenta minutos y éstos divididos en sesenta segundos, antiguamente el día era dividido en dos partes, el día y la noche, y cada una de estas partes en doce horas por lo que el día estival tiene mayor duración que el invernal y por tanto las horas durante aquel periodo anual tienen asimismo mayor duración que en invierno, siendo en los equinoccios los únicos momentos anuales en que el día y la noche miden lo mismo y, por tanto, también las horas. Este tipo de división horaria es conocida como horario desigual, aunque también con otros nombres como temporario, histórico, temporal, natural o judaico.

Duración en horas iguales de días y noches en las entradas de las estaciones para una latitud equivalente a la Corduba romana.

Este tipo de medición horaria se mantuvo en vigor durante la Edad Media. Las llamadas horas equinocciales o iguales –de 60 minutos- comenzaron a utilizarse desde mediados del siglo XIV aunque coexistieron hasta mediados del siglo XVI con aquél. Finalmente se popularizaron durante el Renacimiento y son las que, desde entonces, se vienen utilizando(13).

Recorrido del arco diurno y distribución horaria

En la imagen anterior se representan los tres arcos diurnos recorridos por el Sol en el solsticio de verano, en los equinoccios y en el solsticio de invierno. Como el arco es mayor en el solsticio de verano que en el de invierno y el día se ha dividido en doce horas, independientemente de la época del año de observación, obsérvese la mayor distancia recorrida por el sol en época estival que el invierno.

Si ese arco lo trasladamos a una superficie esférica cóncava por reflexión, obtendremos las líneas horarias y estacionales principales que eran trazadas en un reloj de sol greco-latino. Por primera vez la hora no es obtenida en función de la longitud de la sombra de un objeto sobre una superficie plana sino mediante la posición que ocupa en una superficie curva en la que se refleja la esfera celeste.

Traslación a una superficie cóncava de los arcos diurnos estacionales

Y es que en época romana, los relojes de sol en su mayoría eran de tipo exento, es decir no estaban trazados aprovechando la superficie de un muro o un solado sino que generalmente eran trazados directamente en un bloque de piedra debidamente preparada al que únicamente se le añadía alguna pieza metálica con cuya sombra era obtenida la hora, tras ser convenientemente posicionada.

Generalmente la superficie de lectura era semiesférica o sobre un desarrollo cónico, aunque también encontramos otros ejemplares trazados sobre superficies planas.

Ya en el siglo I, el arquitecto e ingeniero Marco Vitruvio Polión en su obra “De Architectura”(14), hace una completa descripción de los trece tipos de relojes de sol existentes en la época, refiriendo entre otros el “semicírculo excavado en un quadrado con inclinación al equador”, que fue invención de Beroso Caldeo y la scafa o emisferio que la halló Aristarco de Samos. Estos son los sistemas horológicos mas utilizados en época romana, ya que además de los más simples, ofrecen al observador una visión reducida del cosmos donde se ve reflejado en su limbo o superficie de lectura horaria.

Estos relojes recogen los modelos precedentes encontrados en Grecia, Egipto y Mesopotamia en los que, no solo se conocía la hora en función de la longitud de la sombra de un estilo sino que se localiza en función de la superficie curva de lectura, en principio esférica, ocupando la mitad de una esfera completa o solo un cuarto, y más tarde en forma de cono.

Reloj con inscripción en arameo que se expone en el Museo Arqueológico de Estambul, procedente de Mada’in Saleh en la actual Arabia Saudí. Foto: Jesús Marín García

Otro tipo de reloj más avanzado es el denominado como polos(15) en el que se muestra una superficie de lectura esférica invertida y en el que la hora no es leída por la proyección de la sombra de un estilete, sino por un haz de luz que pasa por un orificio situado en su parte superior.

En todos estos relojes de superficie esférica o cónica se señala la división de las doce horas del día y en ocasiones las estaciones, pero no encontramos numerales de ningún tipo pues no se consideran necesarios ya que, como es sabido, el Sol sale por el este y su sombra se refleja en la parte occidental de la superficie curva señalando, hasta la primera línea horaria, la hora prima. Y tras ésta la segunda, la tercia y así sucesivamente, coincidiendo al finalización de la sexta con el mediodía y la de la duodécima con el fin del día y el comienzo de la noche.

Pero además de las horas, como hemos visto, en los relojes de sol eran habitualmente trazadas las líneas estacionales principales es decir las correspondientes a los equinoccios y a los solsticios.

En los gráficos siguientes se muestra el esquema del trazado de cuatro tipos de relojes de sol diferentes en los que se resume el analemma(16) con las diferentes alturas del sol en los cuatro momentos estacionales más destacados y su proyección sobre el limbo del cuadrante.

A la izquierda esquema de una semiesfera. A la derecha un hemicyclium de superficie esférica
A la izquierda un Hemicyclium o scaphe de superficie cónica. A la derecha esquema de un Polos

En las imágenes siguientes se muestran dos relojes romanos algo incompletos que se exponen en el Museo Pío Clementino de los Museos Vaticanos, en Roma.

Hemicyclium. Foto: Manuel Hernández
Reloj tipo polos. Foto Manuel Hernández

Relojes de la Hispania romana

Existen bastantes ejemplos que evidencian la presencia de relojes de sol en la Hispania romana, bien sea siendo mencionados en epigrafías, conservadas actualmente o no, apareciendo como elementos iconográficos o bien directamente por la localización de restos o piezas más o menos completas de algunos de los tipos de cuadrantes solares mencionados por Vitruvio.

En la imagen siguiente se muestra la localización de los treinta y dos horologia localizados en Hispania hasta la fecha, los 19 mencionados por Bonnin(17) a los que nosotros hemos añadido uno que se expone en el Museo de Cádiz y otros once más teniendo en cuenta los últimos hallazgos que aparecen inventariados por José Antonio Pérez Rubio(18) además del localizado por Federico Cortés en el Museo Etnológico de Ador (Valencia).

Puntos de localización de horologia romanos en un mapa de Hispania
División provincial de la Hispania romana

Las provincias hispánicas fueron cambiantes en su extensión y denominación. En los siglos I y II, en época del emperador Augusto, fueron tres: la Tarraconensis, la Lusitania y la Bætica.

De estas tres provincias nosotros centraremos nuestra atención en el capítulo siguiente en los horologia localizados, más o menos completos, y las referencias epigráficas referidas a ellos descubiertas en el territorio andaluz que en su día formó parte de la Bética romana y, en menor medida, de la Tarraconensis.

Referencias horológicas romanas en Andalucía

De los siete relojes solares localizados hasta la fecha en Andalucía procedentes de la época de dominación romana, cinco son de tipo esférico y uno plano manteniendo de esta forma aproximadamente la proporción de los relojes encontrados hasta hoy de procedencia greco-romana, en los que en un 82% de los casos han sido trazados sobre una superficie cónica, y el resto, el 18% sobre planos de diversa inclinación y declinación(19).

Todos los horologia solaris localizados en Andalucía presentan las siguientes características comunes:

  • Los relojes marcan las horas antiguas o desiguales.
  • Los estiletes de sombra no estaría situados en posición paralela al eje de rotación terrestre.
Ubicación y procedencia de las referencias horológicas romanas en Andalucía

En páginas siguientes relacionaremos los relojes solares localizados procedentes de la Bética romana e incluiremos sendas referencias epigráficas mencionadas por Bonnin(20) que fueron localizadas en Tucci, actual Martos (Jaén). Asimismo mencionaremos en primer lugar, en nuestro recorrido de oriente a occidente, la pieza localizada en Benamaurel, en un espacio ubicado en la antigua Basti perteneciente a la provincia Tarraconensis romana.

Baza (Basti)

Reconstrucción idealizada del reloj de Basti

En el verano de 2006 nos fue comunicada por Manuel Pizarro Gavilán la existencia de un reloj romano incluido en la Exposición “El ocaso de Basti”, celebrada en el Centro Cultural Santo Domingo de Baza. La pieza expuesta, cedida por un particular en noviembre de 2005, fue localizada en el paraje conocido como Cortijo de las Monjas, situado en el término municipal de Baza (Granada), aunque muy cercano al de Benamaurel. Se trata de una piedra de 25 x 24 cm que presenta una gran abertura cóncava en la que aparecen seis líneas marcadas en ella, de las once que debió presentar el reloj completo, y que dividían la superficie en doce sectores iguales que convergen en un punto exento a ella, por lo que se concretó que la misma era la parte derecha u oriental de un reloj de sol de procedencia romana. Esta pieza puede fecharse, como el resto de las encontradas en la zona, entre el siglo I y el IV EC. El trazado de este reloj es distinto del que tiene origen caldeo que, como describe Raya Román(21), consiste en dividir el arco diurno que recorre el sol en doce partes iguales.

En la reconstrucción que se presenta más arriba se utiliza una reproducción idealizada que, del ejemplar expuesto, fue incluida en el DVD de la exposición.

Linares (Cástulo)

Reconstrucción idealizada del reloj de Cástulo.

En el yacimiento de Cástulo, situado al norte de la ciudad de Linares fue localizado este fragmento de un horologium romano tipo hemicyclium cónico en forma de “L”, muy deteriorado en el que se aprecia en su parte inferior parte de las líneas horarias –desde la quarta a la octava- y estacionales y en su parte superior central una ranura que en su día debió albergar el gnomon.

Está confeccionado en piedra arenisca amarilla y tiene unas dimensiones de 34,8 cm de ancho, 22,3 de fondo y 34,5 cm de altura.

La pieza presenta ciertas muescas y rebajes, muy acusados en el caso de los “brazos” o esquinas laterales superiores, debidos posiblemente al desgaste producido por la intemperie(22).

Se expone actualmente en el Museo Arqueológico de Linares.

Reloj de Cástulo.

En la imagen siguiente se ofrece un esquema con un trazado simple de la proyección de los equinoccios y solsticios sobre este tipo de relojes.

Reloj de sol tipo hemicyclium.

Martos (Tucci)

Según Bonnin(23), en Tucci, conocida en época romana como Colonia Augusta Gemella Tuccitana situada en la actual ciudad jiennense de Martos, se han localizado dos piezas arqueológicas en las que, aunque no se trata de relojes solares, aparecen en ellas inscripciones epigráficas que hacen referencia a ellos.

En primer lugar describimos la inscripción sobre una pieza confeccionada en el segundo siglo de nuestra era en el que se indicaba:

M(arcus) Val(erius) M(arci) F(ilius) Quir ina tribu) Marc[ellus aed(ilis) duum]vir munic(ipii) Aurgit[ani] / accepto loco a Republica horologium omni [impensa suae editis ludis] circensibus et ludis scaenicis [d(onum) d(edit) ]

Que según la traducción referida por Bonnin(24), significa:

Marcus Valerius Marcellus, hijo de Marcus, de la tribu Quirina, edil duunviro del municipio Aurgitano, ha dispuesto un reloj solar en un lugar acordado por la ciudad después de haberse celebrado unos juegos circenses y teatrales, habiendo sido financiado todo por él.

En la inscripción, que se encuentra desaparecida desde el siglo XVIII, se menciona el regalo de un cuadrante por parte del magistrado Marcus Valerius Marcellus, que fue situado en el Foro, el lugar de ejercicio público por excelencia, que fue escogido por los magistrados de la ciudad. Tras el acto de la donación del horologium se celebraron en la ciudad juegos circenses y representaciones teatrales, práctica habitual de los seviri augustales un grupo de magistrados de diversa procedencia que promovían el culto al emperador y lo asociaban a obras de beneficencia y a este tipo de festejos públicos.

Una segunda posible inscripción referida a un horologium, procedente asimismo de Tucci, es la que se encuentra grabada sobre una roca en la parte trasera de la iglesia de San Bartolomé. En esta epigrafía, que se encuentra datada presumiblemente en el primer siglo de nuestra era, puede leerse:

Q(uintus) IULIUS Q(uinti) F(ilius) T(iti) N(epos) SERG(ia) CELSUS AED (ilis) ILVIR BIS DE SUO DEDIT

que según la traducción de Bonnin(25) viene a decir

Q(uintus) IULIUS Q(uinti) F(ilius) T(iti) N(epos) SERG(ia) CELSUS AED (ilis) ILVIR BIS DE SUO DEDIT

Epigrafía conservada procedente de Tucci, en la que se hace referencia posiblemente a un horologium.

Aunque en la epigrafía no se indica el objeto de la donación, cabría deducirse que precisamente el bien entregado habría sido un horologium constituido por la propia roca grabada ya que en la parte superior de la inscripción se observa un orificio que podría haber servido para alojar el gnomon. Aunque todo es una suposición pues no existe evidencia cierta que lo confirme.

Espejo (Uccubi)

Reconstrucción del hemicyclium de Uccubi a partir de una imagen capturada en prensa digital.

En marzo de 2021 se ha dado a conocer, no sin cierta polémica, el descubrimiento de un reloj romano tipo hemicyclium localizado en las Fincas El Salobral y Bañuelos, en el municipio cordobés de Espejo(26) y que formaría parte, junto con otros restos arqueológicos localizados, de una villa situada en las afueras de la antigua ciudad de Uccubi.

Está conformado por dos piezas independientes, la peana y el cuerpo de lectura, realizadas ambas en piedra caliza de la zona. A pesar de sus cerca de 2000 años de antigüedad, presenta un buen aspecto y aún conserva el orificio donde debió estar alojado el actualmente desaparecido gnomon horizontal con cuya punta eran señalados los momentos del día y los cuatro momentos estacionales del año sobre la superficie esférica de lectura.

Aunque no lo hemos podido observar directamente, a la vista de las fotografías publicadas en prensa digital(27), estimamos que tiene unas dimensiones aproximadas de 40 cm de ancho, 30 cm de fondo y 45 cm de alto.

Reconstrucción del hemicyclium de Uccubi a partir de una imagen capturada en prensa digital.

Actualmente se encuentra depositado para su custodia y estudio en el Museo Arqueológico de Córdoba en el que asimismo se conservan varios relojes solares andalusíes.

Montilla (Munda)

Entre los meses de diciembre de 2000 y abril de 2001 fue descubierto un cuadrante solar romano confeccionado en piedra en la excavación arqueológica llevada a cabo en el Cerro Cocorrón, situado junto a la zona de Jarata del municipio cordobés de Montilla.

Este reloj está fabricado en mármol blanco de poco más de un centímetro de espesor(28) y se trata de un reloj de sol horizontal probablemente realizado en el siglo I EC(29) en el que se observan las líneas solsticiales y la equinoccial además de las correspondientes a las horas segunda a novena, algunas parciales debido al estado del fragmento.

Es una excepcional pieza puesto que es el único reloj solar plano encontrado hasta hoy en las antiguas provincias de la Hispania romana. Actualmente se encuentra expuesto en Museo Histórico Local de Montilla donde asimismo se muestran reproducciones de otros cuadrantes solares, éstos de época andalusí y de similar trazado.

Cuadrante horizontal de Munda con la prolongación de algunas líneas horarias y estacionales

En la reproducción de la pieza que se acompaña, se ha completado con el trazado ideal que, como se observa es similar al utilizado en época andalusí para la representación del recorrido anual del sol sobre una superficie plana horizontal, aunque en este caso, no aparecen restos de inscripciones de ningún tipo

Osuna (Urso)

En el Museo Arqueológico Torre del Agua de Osuna se expone esta fracción de un reloj de sol tipo hemicyclium de probable procedencia de la ciudad romana citada por Plinio el Viejo como Colonia Genetiva Urbanorum Urso. Como ha comentado Raya Román(30) se trata de un reloj con la superficie de lectura en forma de cono en la que se observan algunas líneas horarias y estacionales conservándose la pieza casi completa, eso sí carente de gnomon y con gran pérdida de la masa pétrea correspondiente a los brazos del cuadrante.

Hemicyclium de Urso. Foto: Carlos Esteve Secall

Fue descubierta en 1991 durante los movimientos de tierra preparatorios para la creación del Polígono Industrial “El Palomar” situado en las afueras de la localidad.

En la imagen siguiente se muestra una reconstrucción idealizada de la pieza que tiene las siguientes dimensiones: 26 cm de ancho, 30 de fondo y una altura de 35 cm.

Reconstrucción idealizada del horologium de Urso

Bolonia (Baelo)

Estamos ante el más completo de cuantos horologia romanos de los de su tipo –polos– se han localizado hasta hoy y sin dudarlo de todos los que han sido hallados en la península ibérica, sea del tipo que sea.

Fue descubierto por el arqueólogo Pierre Paris a principios del siglo XX durante unas excavaciones realizadas en la, conocida por ello, Domus del Cuadrante, de las ruinas de la antigua ciudad de Baelo Claudia, en la Ensenada de Bolonia, término municipal de Tarifa.

Imagen actual (2018) de la domus del cuadrante, en la excavación arqueológica de Baelo

Está confeccionado en mármol de una gran calidad, constituido por una semiesfera invertida de 60 cm de diámetro apoyada sobre un plano que forma 55º con el horizonte, y en la que la hora es leída gracias a un punto de luz con origen en un orificio gnomónico situado en el horizonte superior del reloj. El reloj presenta unas dimensiones de 74 cm de ancho, 60 cm de fondo y 84 cm de altura y en su parte inferior se han grabado dos patas de león con el fin de dar una mayor estabilidad a la pieza.

Polos de Baelo expuesto en el Museo Arqueológico Nacional (2006). Foto: Manuel Pizarro Gavilán

Aunque según los cálculos de Raya Román(31) el reloj de Baelo ha sido trazado para una latitud 41º 30’ N, el lugar en que fue localizado se encuentra a una latitud de 36º N por lo que se supone procede de Roma.

Esquema de trazado del reloj de Baelo

El original actualmente se encuentra expuesto en Madrid en el Museo Arqueológico Nacional aunque una reproducción en piedra artificial se muestra en el propio Museo del Conjunto Arqueológico.

Copia del reloj de Baelo que se expone en el Centro de recepción de visitantes

Cádiz (Gades)

Presentamos una última pieza que se expone en territorio andaluz, concretamente en el Museo de Cádiz desde al menos 2017(32) dentro del espacio «La nueva Roma». Se trata de un nuevo hemicyclium procedente de Gades, concretamente localizado en una domus del actual barrio de Santa María, en el que aparecen trazadas la línea de los equinoccios y la del solsticio estival además de las correspondientes a las horas cuarta a décima.

Horologium expuesto en el Museo de Cádiz. Imagen: Manuel Hernández

Asimismo se aprecia de manera destacada el espacio que debió contener el soporte del gnomon horizontal.

Reconstrucción idealizada del horologium de Cádiz

Epílogo

Aunque el catálogo gnomónico andaluz no destaque en relación al existente en otros territorios en número de ejemplares conservados, la existencia de piezas como las que aquí hemos presentado de tanta antigüedad y en algunos casos con tan alto grado de conservación, es de suma relevancia para el estudio del conocimiento y del nivel alcanzado en aquella época en este aspecto de la investigación científica. Ello debe contribuir a que apreciemos su importancia y dándola a conocer se favorezca su valoración y estima por toda la población andaluza y quienes nos visiten.

Son siete relojes de sol y dos referencias epigráficas, una de ellas desaparecida, pero teniendo en cuenta los últimos descubrimientos hallados en 2001, 2005 y en 2021, quizás solo sean una avanzadilla de nuevos hallazgos que la investigación arqueológica en Carmona, Torreparedones, Fuente Álamo, Caviclum, Itálica o Arucci-Turóbriga, entre otros yacimientos andaluces, nos pueda deparar el futuro.

Esteban Martínez
Primavera de 2021

Bibliografía y fuentes

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  • BONNIN, J. Les horologia romana en Hispanie, mobilier, histoire et realités archéologiques. Archivo español de arqueología, 2010.
  • BONNIN, J. Le temps et sa mesure dans l’antiquité gréco-romaine. L’Astronomie. París, Octubre-diciembre 2013/enero 2014.
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Este artículo ha sido publicado, traducido al catalán, en los nºs 100 y 101 de invierno de 2021 y primavera de 2022 de la revista La Busca de Paper.

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Notas

(1) AC: Antes de la Era Común; EC: Era Común. Nosotros preferimos esta denominación sin connotaciones religiosas. Si no se especifica, nos referiremos a EC.

(2) BASTIEN, J.-L., Le temps civique et l’apparition des premières horloges à Rome. Dossiers d’ Archeologie Nº 354, 2012. p 10

(3) Id- p. 11

(4) VALDES, MANUEL Mª Los relojes primitivos y la regulación de la jornada laboral monástica en el siglo VI. Oraciones según la Regla de San Benito. Analema nº 17. AARS. Madrid, 1996. Pp 3-6.

(5) Auxiliado por filósofos y matemáticos, pero sobre todo por el astrónomo griego Sosígenes. El conocido como calendario juliano se mantuvo vigente aunque con algunas variaciones posteriores hasta 1582 cuando se aprobó la reforma gregoriana. Ver MARTINEZ ALMIRON E. Algunos apuntes y reflexiones en torno a los calendarios. Revista “Carpe Diem”, nº 23. Septiembre 2007.

(6) BONNIN, Jérôme, Le temps et sa mesure dans l’antiquité gréco-romaine. L’Astronomie. Enero 2014.

(7) SÉNECA, C.A., Apocolocintosis. Trad. GIL, J. Suplementos de “Estudios Clásicos”. Nº 4, Madrid 1971, p. 152

(8) “Mensis erat October, dies III idus Octobris. Horam non possum certam tibi dicere: facilius inter philosophos quam inter horologia conueniet. Tamen inter sextam et septimam erat.”

(9) Especificamos solaris ya que el término horologium, horologia en plural, contempla todos los tipos de relojes conocidos en Roma, de sol o de agua.

(10) GIBBS Sharon L. Greek and Roman Sundials. New Haven. 1973

(11) BONNIN, Jérôme, L’Antiquité, le premier âge d’or de la gnomonique, L’Astronomie. Paris. Octubre de 2013.

(12) En este Catálogo “La Mesure du temps dans l’Antiguité. Témoignages archéologiques”, que se puede consultar en la dirección https://syrte.obspm.fr/astro/archeo/ se recogen un total de 594 piezas, resultado de un trabajo de doctorado realizado por Jérôme Bonnin, doctor en arqueología, entre 2007 y 2012 y publicado en 2015: BONNIN, J. La mesure du temps dans l’Antiquité, Les Belles Lettres. París, 2015.

(13) Si bien coexistieron con las horas iguales las denominadas itálicas y babilónicas que, aunque de igual duración, comenzaban su conteo diario en momentos distintos: En el momento del ocaso aquéllas, y en el del orto, éstas.

(14) En su Libro IX denominado «Medidas del tiempo y relojes. Astronomía; la tierra, los planetas, el sol, las estrellas» se recoge el siguiente texto traducido del latín en 1787 en Madrid, por el presbítero Don Joseph Ortíz y Sanz:

(15) Un término no exento de cierta polémica ya que hay autores como Nicola Severino que en su obra “De monumentis gnomonicis apud graecos et romanos“ lo equiparan al gnomon de un scaphe o a un reloj tipo hemisphaerium. Incluso en una entrevista ficticia a Heródoto, en el libro Die antiken Sonnenuhren Griechenlands, su autor Karlheinz Schaldach pone en busca de aquél la equivalencia entre los términos Polos y Gnomon utilizados en la antigua Grecia por Oinopidos y Metón respectivamente. Asimismo en https://en.wiktionary.org/wiki/%CF%80%CF%8C%CE%BB%CE%BF%CF%82 se puede encontrar más de diez acepciones de este término griego, ninguna coincidente exactamente con el sentido que nosotros utilizamos para definir este tipo de relojes esféricos que en sombra, se ofrece la lectura gracias a un haz de luz procedente de un orificio situado en su parte superior.

(16) El analemma de Vitrubio es un procedimiento geométrico por el que mediante la proyección ortográfica de diversos círculos celestes sobre el plano del meridiano del lugar es posible obtener el trazado de las líneas horarias de un cuadrante solar. Fue descrito por primera vez por Marco Vitruvio Polión en el siglo I en su obra “De Architectura” ya mencionada.

(17) BONNIN, Jérôme, Les horologia romana en Hispanie, mobiliier, histoire et realités archéologiques Archivo español de arqueología, 2010.

(18) De la Asociación Ilicitana de Astronomía quien en el documento Relojes de sol romanos en Hispania inventarió y documentó en 2014 los recopilados hasta entonces.

(19) BONNIN, Jérôme, L’Antiquité, le premier âge d’or de la gnomonique. L’Astronomie. Paris. Enero de 2014.

(20) BONNIN, Jérôme, Les horologia romana en Hispanie, mobilier, histoire et realités archéologiques Archivo español de arqueología, 2010.

(21) RAYA ROMAN, J.M., Reloj solar de Caesaraugusta. Archivo Español de Arqueología, nº 83. 2010, Pp 199.

(22) En la web http://estresd.com/anastilosis-virtual-de-reloj-solar-de-castulo/ puede observarse una completa anastilosis de la pieza. (F.visita 14/02/2021).

(23) BONNIN, Jérôme, Les horologia romana en Hispanie, mobilier, histoire et realités archéologiques Archivo español de arqueología, 2010.

(24) Id.

(25) Id.

(26) Como consecuencia de la elaboración de un informe arqueológico que sustituyó uno anterior en el que al parecer fue omitida su existencia con objeto de facilitar la declaración de “utilidad pública” y la expropiación de las tierras en la que se encontraba para la instalación de una planta solar fotovoltaica. La primera noticia sobre el horologium de Uccubi fue publicada el 27/03/2021 en el diario digital Cordopolis: https://cordopolis.eldiario.es/cordoba-hoy/provincia/hallazgo-reloj-sol-romano-denuncia-guardia-civil-espejo_1_7352475.html

(27) Tanto en el diario digital Cordópolis ya mencionado como en ABC de Sevilla https://sevilla.abc.es/andalucia/cordoba/sevi-denuncian-ayuntamiento-espejo-ocultar-afloracion-restos-romanos-finca-expropiada-202104011942_noticia.html.

(28) SERRANO GIL, V. Cuadrante solar romano. Reflexiones y apuntes en torno a una pieza del Museo Histórico Local de Montilla. Boletín de la Asociación Provincial de Museos Locales de Córdoba, nº 10. Córdoba, 2009, pp 218.

(29) Según estudio publicado en el Boletín nº 3 de la Asociación Provincial de Museos locales de Córdoba en el artículo de Raquel Alors Reifs, José M Lara Fuillerat y Pedro Lacort Navarro, el asentamiento comienza en el S. I d.C y se prolonga «hasta un momento avanzado de la segunda mitad del siglo II d. C.».

(30) RAYA ROMAN, J.M., “Reloj solar romano de Cesaraugusta”, publicado en 2002 en ponencia del IX Congreso Internacional de Expresión Gráfica Arquitectónica. Re-visión: Enfoques en docencia e investigación.

(31) RAYA ROMAN, J.M. Los cuadrantes solares en la arquitectura. Junta de Andalucía. Sevilla,1989.

(32) Esta misma imagen del cuadrante romano de Cádiz se muestra desde octubre de 2017 en la web Reloj Andalusí con dirección en www.relojandalusi.org.

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