Sobre el deterioro del Patrimonio gnomónico andaluz
Vivimos en un mundo en el que el tiempo presente, el vivido o por vivir, es medido con precisión gracias a los artilugios de que nos hemos dotado, como el reloj de pulsera, transformado hoy en smartwatch o el teléfono móvil con el que gracias al protocolo informático NTP(1), se nos muestra ajustada a la milésima de segundo en modo de Tiempo Universal Coordinado(2).
Pero antes de alcanzar la precisión obtenida por los primeros relojes mecánicos que, recordamos, para ponerlos en hora era necesario ajustarlos con un reloj de sol, el transcurso del tiempo era medido fundamentalmente(3) por los relojes de sol existentes en edificios civiles urbanos, como casas, palacios, cabildos, etc., pero también rurales, como haciendas y cortijos, sin olvidar los relojes de balsa y sobre todo en catedrales, iglesias, monasterios y conventos, como símbolo de un poder omnímodo sobre las gentes.
Y son precisamente esos relojes de sol, vestigio de nuestros antepasados, los que nos han sido legados con el fin de cuidarlos, mantenerlos y en definitiva protegerlos para ser disfrutados por las generaciones venideras. Son objetos que nos han sido prestados pues, habiendo pertenecido a nuestros ancestros deben ser heredados por nuestros descendientes ya que por sus características, año de construcción o edificio en el que se encuentran forman parte de nuestra Historia y pueden considerarse bienes materiales de nuestra Cultura.
Ocasionalmente nos llegan noticias acerca de la desaparición o el expolio de un reloj de sol catalogado e incluso protegido por los poderes públicos(4). En otras, podemos comprobar que el reloj de sol no se encuentra en el lugar para el que ha sido diseñado. Por último conocemos numerosos casos de relojes de sol que deberían estar catalogados y protegidos y que por desidia de la Administración y por el interés económico de sus propietarios pueden ser objeto de transacción comercial y desaparecer definitivamente de Andalucía. Todo un cúmulo de desaguisados de los que en líneas siguientes expondremos algunos ejemplos.
Los relojes de sol andaluces: Patrimonio Histórico Andaluz
Como hemos anticipado, algunos relojes de sol en tanto que revelan un interés artístico, histórico, y científico para nuestra Comunidad Autónoma, son bienes materiales de la cultura andaluza, forman parte del Patrimonio Histórico Andaluz y por tanto deben ser objeto de la protección tal como reconoce el artículo 2 de la Ley 14/2007, de 26 de noviembre, del Patrimonio Histórico de Andalucía (LPHA) y que se completa con el art. 42 de dicha norma que dispone que “Forman parte del Patrimonio Histórico Andaluz los bienes muebles de relevancia cultural para Andalucía que se encuentren establemente en territorio andaluz”. Pero para que se asegure la protección que la LPHA ofrece, los bienes han de estar incluidos en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz (CGPHA), que comprende tres categorías: los Bienes de Interés Cultural, los bienes de catalogación general y los incluidos en el Inventario General de Bienes Muebles del Patrimonio Histórico Español.
Actualmente hemos llegado a contabilizar la existencia en Andalucía de más de 300 relojes de sol realizados con anterioridad al siglo XX, si bien 34 de ellos lamentablemente se encuentran desaparecidos. Los restantes se encuentran en las más diversas localizaciones: Desde edificios civiles o de ámbito religioso, éstos últimos los más numerosos, hasta los situados en espacios rurales, como haciendas o cortijos. También forman parte de este inventario realizado siete que son o han sido ofertados en tiendas de antigüedades.
Antes de continuar queremos aclarar que consideramos a los relojes de sol objeto de protección aquellos que consideramos históricos, entendiendo como tales los que han sido realizados con anterioridad al siglo XX o, en todo caso, si tienen más de 100 años de antigüedad, aunque ello no obsta para que puedan ser objeto de protección determinados ejemplares realizados con posterioridad a dichas fechas. Al respecto, de los casi trescientos cuadrantes históricos que hacemos referencia, en más de cien figura la fecha de su construcción, en el resto la datación la hemos obtenido indiciariamente en base al edificio en el que se localizan o las características del propio reloj, como las grafías que contienen, su trazado, etc..
Es cierto que algunos de ellos, como los expuestos en museos públicos ya cuentan con un nivel de protección suficiente. Son los casos de los horologia romanos expuestos en Cádiz, Bolonia (Baelo Claudia)(5), Linares, Montilla y Osuna o los relojes andalusíes conservados en Almería, Granada y Córdoba. También dentro de este grupo incluimos los que se encuentran en museos privados –aunque debidamente catalogados y expuestos al público- como los el Palacio del Tiempo, de Jerez de la Frontera, en el Centro de Interpretación de la Cultura del Agua “El Alporchón”, de Vélez-Blanco o en el Centro de Historia Local «Hospital de Todos los Santos» de Cantillana.
Otros también se encuentran protegidos por formar parte de un inmueble declarado Bien de Interés Cultural y haber sido incluidos expresamente en la inscripción: Es el caso de los relojes de la Hacienda Ibarburu de Dos Hermanas, actualmente en paradero desconocido, el del reloj multifaceta de Churriana en Málaga o los de la catedral de Sevilla, por citar algunos ejemplos.
Con el fin de comprobar el grado de protección de los relojes de sol andaluces, hemos efectuado consulta a la Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía que gestiona la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico de la Junta de Andalucía, consignando como criterio de búsqueda la palabra “reloj” y solo hemos localizado inscritos en el Inventario General de Bienes Muebles catorce relojes de sol de los casi 300 que hemos logrado contabilizar, no figurando en ellos, extrañamente, algunos de los hasta ahora comentados.
Las seis imágenes en formato cuadrado expuestas más arriba en el presente texto, corresponden a algunos de los relojes solares incluidos en la Guía Digital, todos situados en edificios eclesiásticos.
Señales de un deterioro patrimonial
El inexistente nivel de protección real sobre gran parte de estas destacadas piezas de nuestro pasado puede provocar su expolio y/o definitiva desaparición, como las 35 piezas ya citadas. Otro caso de deterioro patrimonial se nos presenta cuando observamos la mala colocación de un reloj de sol, por ejemplo horizontal pero dispuesto verticalmente -lo que llamamos anomalías gnomónicas– o cuando han sido reutilizados como parte de una solería o de un asiento o bancada en un cortijo: es el caso de los relojes reciclados. Pero no queda aquí la colección de atropellos al Patrimonio, como los relojes migrantes, viajeros o, simplemente, deslocalizados que se encuentran en lugar diferente para el que fue diseñado –procedente de Andalucía y expuestos en otras Comunidades Autónomas- o procedentes de otros países que se encuentran en Andalucía. Finalmente los cuadrantes que son objeto de venta en comercios, lo que permite su adquisición y posible exportación a terceros países y, por tanto, a la pérdida irreparable y definitiva de dichas piezas como partes integrantes del Patrimonio Histórico Andaluz.
Toda una panoplia de desaciertos que supone una alerta y un aviso sobre el deterioro del Patrimonio gnomónico andaluz que debemos atajar cuanto antes y del que a continuación exponemos algunos ejemplos.
Relojes de sol desaparecidos o expoliados
Comentábamos al comienzo la existencia de 35 relojes de sol que hemos podido localizar pero que desgraciadamente se encuentran desaparecidos. Uno de ellos, el que se encontraba en la Ermita de San Ambrosio situada en Barbate, ya era mencionado como tal en la propia inscripción de la ermita como Bien de Interés Cultural con la categoría de Monumento(6), en la que en su publicación en BOJA se reconocía la desaparición de un reloj que se encontraba en el vértice superior de un frontón triangular que remataba el muro situado por encima del faldón de cubierta.
En la publicación digital Reloj Andalusí también comentamos en su día el caso de la iglesia de San Lorenzo, de Córdoba, en el que aprovechando las obras de restauración del templo llevadas a cabo en 2006 promovimos mediante una campaña pública la reposición de los relojes de sol de esquina situados en su fachada solicitando la remisión de escritos dirigidos a la Delegación de Cultura de la Junta de Andalucía, y al Obispado de Córdoba. Tras la recepción de escritos desde diversas asociaciones y grupos gnomónicos de toda España y desde países europeos, la entonces delegada provincial de la Consejería de Cultura remitió un escrito en el que indicaba:
En respuesta a su solicitud, se le informa que la restauración de la Iglesia de San Lorenzo de Córdoba se abordará tras la firma del Convenio entre el Obispado de Córdoba y la Delegación Provincial de Cultura, a cuyo fin, se ha redactado un Proyecto de Restauración visado en el año 2002 que contemplará la recuperación del reloj de sol de doble fachada que estuvo situado en una de las esquinas de dicho inmueble en el proceso de ejecución de tales obras.
Sin embargo, queremos pensar que fue porque ¡llegó la crisis!, a la fecha de finalización de las obras, en 2009, pudimos comprobar que no se produjo la reposición anunciada. ¡Una evidencia más del distanciamiento entre política, religión y ciudadanía!
Dos casos más de relojes desaparecidos los encontramos en la iglesia de San Sebastián de Higuera de la Sierra y en el Hospital de la Santa Caridad de Sevilla: En ambos casos sólo se aprecia la huella de los relojes de sol que en su día debieron lucir ambos edificios, con un limbo muy parecido y que han corrido similar suerte.
Son varios ejemplos más de los relojes desaparecidos de nuestras fachadas, la mitad en edificios relacionados con la religión católica –catedrales, conventos y monasterios, parroquias e iglesias- y el resto en edificios civiles urbanos y rurales como cortijos, haciendas, fincas o lagares y no siempre con origen en la desidia o el abandono.
Otro desgraciado caso al que asistimos casi en directo fue el relativo al expolio del cuadrante solar bifronte y esviado sobre el tejado a dos aguas que lo soportaba que se encontraba en el Real Club de Enganches de la capital hispalense.
Entre la imagen de la izquierda y la de la derecha existe una pequeña diferencia:
¡El cuadrante ha desaparecido!
Otro lamentable caso de expolio, comentado por el gnomonista Lorenzo López Asensio(7), fue el relativo al ocurrido en 2002 del reloj solar que se encontraba en la iglesia de Yátor, en la Alpujarra, a raíz de las obras de remodelación de la fachada del templo. Ora pérdida material a sumar de la Cultura y la Historia de una localidad.
Con deterioro manifiesto
Existen otros relojes que aunque no se encuentran actualmente desaparecidos presentan un estado de deterioro evidente pero que, en base a documentación y el estudio pertinente, es posible su restauración, como ha ocurrido recientemente con otras piezas, todas situadas en iglesias: En las de Santa Cruz y San Juan(8) de Écija, en la de Santa María la Blanca de Fuentes de Andalucía(9), en la de San Lucas de Jerez de la Frontera(10).
Así encontramos algunas piezas de las que sólo se conserva el gnomon, fiel testigo de la existencia de un reloj de sol en el que con su sombra ofrecía las horas sobre un limbo actualmente inexistente, como el que se encuentra sobre los tejados del patio mudéjar del Monasterio de La Rábida, en Moguer, donde encontramos una pieza totalmente encalada en la que no se aprecia ni el dibujo de líneas horarias ni los numerales, sólo conserva el estilo aunque perpendicular al plano.
Otros casos de los que sólo se conserva gnomon son los de las iglesias de ntra. sra. de las Flores, de Sanlúcar de Guadiana y Santa María en Écija, un cuadrante vertical situado nada más atravesar la portalada de acceso a la Hacienda Ibarburu, de Dos Hermanas, en la cara interior de la espadaña, el del Monasterio de San Jerónimo de Córdoba o los dos verticales de la torre de la Parroquia de la Asunción, de Palma del Rio.
Otros, en cambio, carentes de la varilla señaladora, mantienen a duras penas algunas de las líneas horarias o los numerales que en su día lucieron, como el situado en el lateral de la Iglesia de San Marcos, en Tarifa, un cuadrante meridional esgrafiado sobre un murete apoyado sobre uno de los contrafuertes de esta iglesia barroca.
También en la Hacienda la Concepción de Vista Hermosa, en Carmona, construida entre 1699 y 1713 conserva un reloj bastante deteriorado en un muro de obra elevado sobre la parte interior de la puerta principal de acceso al patio del señorío en el que apenas se distinguen líneas horarias y algunos numerales arábigos.
Otros ejemplos los encontramos en el término municipal de Alcalá de Guadaíra, en la Hacienda Las Beatas y sobre la fachada de la antigua Casa Consistorial del despoblado de Gandul, entidad local desaparecida en 1840.
Queremos también destacar en este apartado el conjunto de tres cuadrantes, uno meridional y dos orientados, esgrafiados sobre un muro situado al pie de unas de las chimeneas de la antigua fábrica de loza del Monasterio de Santa María de las Cuevas -también conocido como Monasterio de la Cartuja- en Sevilla, que se encuentran bastante deteriorados.
Por último un ejemplo más de deterioro patrimonial gnomónico es el cuadrante que se encuentra en los solariums de la catedral de Sevilla, posiblemente trazado por Hernán Ruiz II, en el siglo XVI, del que sólo queda el gnomon y algún resto de línea horaria.
Anomalías gnomónicas
En el inventario de piezas gnomónicas de Andalucía también encontramos algunas que se constituyen en verdaderos atentados contra la inteligencia. Relojes horizontales, dispuestos verticalmente, verticales usados como asiento de banco corrido y relojes meridionales decorativos situados sobre paredes no orientadas: ¿Se puede pedir más? Un reloj de sol debe ser un ejemplo de análisis científico, de expresión artística, sin embargo nos permitimos asignar el apelativo de anomalía o maltrato gnomónico a estas pifias que si no totales, por su diseño, sí por su ubicación por quienes los han situado de tal forma en lugar que no les corresponde, quizás en un alarde de frivolidad.
En la fachada de piedra de la Parroquia de San Juan Bautista, conocida como ‘Catedral de la Sierra’ en Hinojosa del Duque, se muestra un reloj horizontal en mármol blanco dispuesto laterlamente sobre el muro vertical con declinación sureste, y que, para colmo, mantiene gnomon perpendicular a su superficie. ¿Se puede pedir más desatino?
Parecido error hemos observado en un reloj situado en un edificio de la calle Visitación de Jerez de la Frontera, sobre una pared con declinación noroeste.
Dos anomalías gnomónicas más las encontramos en la localidad Sevilla de El Garrobo donde en su iglesia de la Purísima Concepción se encuentra un reloj solar con plano de orientación polar y fechado en 1718 que lo han dispuesto verticalmente sobre la fachada de la iglesia de orientación noroeste y en Ugíjar con un reloj solar horizontal de fundición se encuentra situdao en la fachada de la Casa Abogado Don Pepe.
Relojes reciclados
Una vez que han agotado su tiempo de vida, -sí, al parecer los relojes también mueren- la pieza que alojaba su trazado puede ser reciclada o reutilizada para otro fin totalmente distinto para el que fue pensada. Unas veces por la desidia, y otras por desconocimiento, son varios los casos que hemos conocido en el que son usados como losa o como asiento de banco.
El ejemplo más antiguo conocido es el de uno de los fragmentos del reloj andalusí de Almería, descubierto en 1956, que formaba parte de las losas del piso de unas de las estancias de la Alcazaba, al que estaba fijado con mortero de cal y arena(11). En el desaparecido monasterio de Aznalcóllar de ntra. sra. del Buen Suceso o Retamar, fundado en 1634, fue localizado un reloj de sol que estaba siendo reutilizado como losa en el piso.
En un lagar de Montilla hemos localizado un reloj vertical fechado en 1848 que viene siendo utilizando como asiento en un banco de obra corrido adosado a uno de los edificios.
Relojes migrantes o deslocalizados
Si de desubicación hablamos, mención aparte merecen nuestra atención dos relojes andaluces deslocalizados que, aunque se encuentran en lugar seguro y suficientemente protegidos, queremos destacar su ausencia del lugar en el que fueron localizados.
En el diario La Correspondencia de España de 1 de junio de 1860 se comentaba el descubrimiento de un reloj en el jardín del Ateneo de Cádiz.
Este reloj se encuentra actualmente expuesto no sólo en un lugar diferente al que se encontró sino en una ciudad distante más de 1.100 km de Cádiz ya que forma parte de los fondos del Museo Etnológico de Barcelona. A propósito de él, existe un estudio(12) de Eduard Farré y Josep Maria Vallhonrat en el que, entre otros extremos, concluye que fue trazado para una latitud de 36º N, que corresponde a la localidad de Tarifa.
Un segundo caso de reloj migrante es el descubierto por el arqueólogo Pierre Paris a comienzos del siglo XX durante unas excavaciones realizadas en la, conocida por ello, ‘Domus del Cuadrante’, de las ruinas de la antigua ciudad de Baelo Claudia, en la Ensenada de Bolonia, término municipal de Tarifa.
Y decimos migrante porque aunque procedente de esta localidad, actualmente se encuentra expuesto en Madrid, en el Museo Arqueológico Nacional, según los cálculos del profesor Raya Román(13) el reloj de Baelo ha sido trazado para una latitud 41º 30’ N, correspondiente a la ciudad de Roma, lo que nos hace suponer que fue trazado para esta ciudad.
Pero al igual que hablamos de relojes emigrados, en nuestra aldea global, también podemos hablar de relojes inmigrados: De esta forma hemos podido localizar una pieza de origen africano y que ya en 2002 era expuesta para su venta al público en un local turístico de la ciudad de Córdoba.
Con esta referencia a la venta en un comercio cordobés, damos paso al capítulo siguiente dedicado a los relojes en venta en tiendas de antigüedades.
De venta en anticuarios
A continuación mostramos algunas piezas localizadas en consultas efectuadas a páginas de internet en las que diversas tiendas de antigüedades ofrecen a la venta relojes de sol que presumimos han sido localizados en haciendas o cortijos andaluces y que, aunque entendemos que forman parte del Patrimonio Histórico Andaluz, no se encuentran catalogados ni siquiera con un nivel mínimo de protección al no figurar inscritos en el CGPHA.
Hemos podido localizar piezas en venta en anticuarios distribuidos a lo largo de toda la geografía andaluza: Desde Níjar hasta Chiclana, pasando por La Herradura, Granada, Lucena o Lora del Río. En imagen que se acompaña más abajo se puede ver algunas copias de pantalla de algunos de ellos en las que hemos eliminado los datos acerca de su localización.
Es una lástima que estas piezas que forman parte del Patrimonio Histórico de Andalucía(14) puedan ser adquiridas y exportadas fuera de Andalucía sin que hayamos constatado la existencia de una labor inspectora suficiente por parte de la Administración. Por otra parte, la LPHA hace mención al comercio de bienes muebles(15), obligando a los anticuarios y tiendas de antigüedades a la anotación de un libro-registro de las compraventas que realicen de estos objetos en el que se deben anotar tanto los Bienes inscritos en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz en cualquiera de sus modalidades, como los bienes de una antigüedad superior a cincuenta años(16), y ahí entran de pleno los relojes de sol. El incumplimiento de esta obligación supone una infracción leve que se castiga con una sanción de hasta 100.000 euros.
Igualmente la normativa andaluza también contempla como infracción leve en su art. 110 a) el incumplimiento, no ya por parte de anticuarios, sino de las personas propietarias, titulares de derechos o simples poseedoras de bienes integrantes del Patrimonio Histórico (como los relojes de sol históricos), del mandato del art. 14.1 sobre el deber de conservación, mantenimiento y custodia, con una sanción pecuniaria que puede alcanzar la misma cuantía que el caso anterior.
Protección legal de piezas gnomónicas
Los casos anteriormente expuestos son sólo algunos ejemplos, extrapolables al ámbito español y, nos atrevemos a decir, europeo, de una triste realidad reflejo de una sociedad que, salvo honrosas excepciones, permite el deterioro patrimonial de estas piezas a pesar de la vigencia de las diferentes leyes de patrimonio histórico.
Hacíamos referencia al comienzo a la LPHA, que protege a los relojes de sol históricos si forman parte de un inmueble que haya sido declarado como Bien de Interés Cultural y hayan sido incluidos expresamente en su inscripción o, como bienes muebles o como elementos o fragmentos relevantes de un bien inmueble, siempre que posean un interés artístico, histórico o científico para la Comunidad Autónoma. Desde octubre de 2000 nuestra web, con la ayuda de numerosos amigos y visitantes, venimos catalogando los relojes de sol existentes en Andalucía de los que ya en 2004 se realizó un primer inventario recogido en la publicación digital Relojes de sol de Andalucía con solo 170 piezas, número muy alejado de las más de 700 referencias gnomónicas actuales de las que no hemos conseguido realizar una publicación en papel que recoja la diversidad existente como ya han hecho otras comunidades y territorios del Estado español(17) editadas por instituciones públicas o entidades privadas.
La publicación en dicho soporte del inventario de relojes andaluces y sobre todo la inclusión de los considerados históricos mediante su inscripción de bienes muebles en el CGPHA sería garantía de su protección, recordando que dicha inscripción, tal como dispone la LPHA, podrá realizarse de oficio por la Administración o en su defecto, puede solicitarse(18) por cualquier persona física o jurídica para lo que incluso existe aprobado un formulario normalizado(19) en el que se debe realizar una descripción de la pieza gnomónica y aportar cuanta documentación escrita o fotográfica se considere oportuna, y que una vez presentado la Administración debe dictar y notificar resolución expresa en un plazo de tres meses.
Y es en este campo donde, con la normativa en la mano y ante la situación de desprotección de numerosos relojes de sol históricos donde queda mucha tarea por realizar.
Agradecimientos
Con nuestro sincero agradecimiento a Antonio J. Cañones Aguilar, Carlos Esteve Secall, Vicente J. Fernández Gallego, Ignacio Garzón González, Manuel Hernández Martínez, Lorenzo López Asensio, Antonio Llamas Ramírez, Jesús Marín García, Luis Navarro Capdevila y Manuel Pizarro Gavilán por su contribución al estudio, localización o imágenes de algunos de los relojes que se muestran en el presente documento.
Esteban Martínez
Equinoccio de otoño de 2020
Una versión de reducida de este artículo ha sido publicada, traducida al catalán, en el nº 97 de invierno de 2020 de la revista La Busca de Paper.
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Notas
(1) NTP son las siglas de Network Time Protocol, que significa «protocolo de red horaria». ▲
(2) Más conocido por sus siglas en inglés, UTC ▲
(3) También eran utilizados en menor medida relojes de arena, clepsidras, relojes anafóricos y de vela o de candela, aparte de la estimación horario mediante la observación de elementos paisajísticos o edificaciones u otros métodos populares como el método de la mano, el reloj de pies, o la hora por la Bocina. ▲
(4) Actualmente les resulta de aplicación la Ley 16/1985, de 25 de junio, del Patrimonio Histórico Español. Aunque a nivel autonómico, aunque casi todas las competencias en materia de Patrimonio Histórico y Cultural se encuentran transferidas a las diferentes Comunidades Autónomas en virtud de lo previsto en los diferentes Estatutos de Autonomía y en los artículos 148.1.16.ª y 149.1.28.ª de la Constitución Española . ▲
(5) Donde se muestra una reproducción del original que se encuentra en Madrid, en el Museo Arqueológico Nacional. ▲
(6) Según publicación BOJA de 16/03/2004, número 52, página 6625 ▲
(7) El profesor Lorenzo López Asensio, natural de Pulpí, gnomonista reconocido internacionalmente, es autor de numerosa obra expuesta en diversas localidades de las provincias de Almería, Granada, Murcia y Alicante y en la ciudad alemana de Burkau. ▲
(8) Repuestos respectivamente en 2010 y 2011 con motivo de la culminación de las obras de restauración de la torre llevadas a cabo. ▲
(9) Redibujado en 2014 con sus colores y dibujos barrocos. ▲
(10) En 2019 fue restaurado uno de los dos relojes esquineros de la torre de la iglesia catalogada BIC, el orientado al sureste. ▲
(11) DE ORÚS, J.J. “Un cuadrante solar de la Alcazaba de Almería” Homenaje a Millás-Vallicrosa, vol II, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Barcelona 1956. pp. 131 y 132 ▲
(12) FARRÉ E. y VALLHONRAT J.M.. Un rellotge de sol del Museu Etnològic de Barcelona. «La Busca de Paper» n. 54, Ene-Abr 2006, pp. 12-30.. ▲
(13) RAYA ROMAN, J.M. Los cuadrantes solares en la arquitectura. Junta de Andalucía. Sevilla,1989 ▲
(14) Que en su artículo 2 “La presente Ley es de aplicación al Patrimonio Histórico Andaluz, que se compone de todos los bienes de la cultura, materiales e inmateriales, en cuanto se encuentren en Andalucía y revelen un interés artístico, histórico, arqueológico, etnológico, documental, bibliográfico, científico o industrial para la Comunidad Autónoma, incluidas las particularidades lingüísticas”. La Ley 16/1985, de 25 de junio, del Patrimonio Histórico Español se expresa en similares términos. ▲
(15) El art. 45 dispone que “Las personas o entidades que ejerzan habitualmente el comercio de bienes muebles integrantes del Patrimonio Histórico Andaluz llevarán un libro registro en el que consten todas las transacciones que de ellos se realicen y cuyo contenido se establecerá reglamentariamente”. ▲
(16) Art. 71 del Decreto 19/1995, de 7 de febrero, por el que se aprueba el Reglamento de Protección y Fomento del Patrimonio Histórico de Andalucía. ▲
(17) Como ya ha ocurrido en Galicia, Bizkaia, Guadalajara, la Comunidad de Madrid, Segovia, la Horta Nord de Valencia, el Andévalo onubense, la localidad barcelonesa de Cabrils, Tarragona, A Coruña y Extremadura. Hablamos de ediciones en papel sin olvidar los inventarios digitales realizados por Pedro J. Novella, de Aragón, Castilla-León, Cataluña, Comunidad Foral de Navarra, País Vasco y La Rioja, José Luis Gutiérrez Llovio, de Cantabria, F. Javier Llera Fueyo, de Asturias y Miguel Ángel García Arrando de Mallorca, además del ya comentado de Andalucía, entre otros. ▲
(18) En BOJA de 20/02/2020 se publica a Orden de 12 de febrero de 2020, por la que se aprueba el formulario normalizado para la solicitud de inscripción en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, inclusión en el Inventario de Bienes Reconocidos del Patrimonio Histórico Andaluz o declaración de Zonas de Servidumbre Arqueológica ▲
(19) Recogido en la Orden de 12 de febrero de 2020, publicada BOJA nº 35, de 20/02/2020, página 95 y ss.. ▲