«Ciencia que enseña el modo de hacer los relojes solares», así es como define el término «Gnomónica» el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua. En cambio otras obras consultadas informan que es el «Arte de construir los relojes solares llamados nomones» o «Arte de construir relojes solares».

Ciencia o arte, no cabe duda que por sí misma se ha constituido en una actividad transversal que ha unido diversas facetas de la capacidad investigadora y creativa humanas durante muchos siglos.

Dos gnómones egipcios: el situado en primer término, reloj portátil realizado en madera entre el 1400 y el 1350 AC, bajo el reinado de Thoutmosis III. El situado bajo éste, el denominado reloj de sombra de Thot, confeccionado en bronce. Museo del Louvre. Foto: Esteban Martínez
Dos gnómones egipcios: el situado en primer término, reloj portátil realizado en madera entre el 1400 y el 1350 AC, bajo el reinado de Thoutmosis III. El situado bajo éste, el denominado reloj de sombra de Thot, confeccionado en bronce. Museo del Louvre. Foto: Esteban Martínez

Su nombre deriva de gnomon, denominación que se le dio en la antigüedad a la estaca vertical con cuya sombra se medía el tiempo y aunque al principio la lectura se hacía en función exclusivamente de la longitud de la sombra proyectada por un gnomon, siendo ésta definida por la altura del sol, los relojes de altitud, pronto se observó que si además se tenía en cuenta la dirección de la sombra se podría averiguar la fecha y época del año.

De ahí surgió la necesidad de conseguir una perfecta orientación y de un buen sistema de trazado de líneas de lectura. Con tal fin la línea del meridiano y la de orientación Este-Oeste -definidoras del «cuadrante»- se constituían en las necesarias y fundamentales a partir de las cuales conseguir la mejor orientación y posterior trazado.

Reloj romano de Cartago, tipo polos. Museo del Louvre. Foto: Esteban Martínez
Reloj romano de Cartago, tipo polos. Museo del Louvre. Foto: Esteban Martínez

La primera referencia escrita a un reloj solar que se tiene viene referida en la Biblia, concretamente en el Antiguo Testamento, Libro IV de los Reyes, 20, 8-11 e Isaías 38, 5-8, cuando se comenta que Yahvé hizo retroceder diez grados la sombra en el reloj solar de Acaz, hecho que se produjo como señal del cumplimiento de la palabra divina y que fue comentada por Isaías a Ezequías. Todos estos hechos se desarrollaron hacia el 750 AEC.

El primer estudio completo sobre el trazado de relojes solares nos fue legado por el arquitecto e ingeniero romano Marco Vitrubio Polion, quien en el siglo I EC, escribió la obra «De Architectura» y en su Libro IX denominado «Medidas del tiempo y relojes. Astronomía; la tierra, los planetas, el sol, las estrellas» hace una completa descripción de los 13 tipos de relojes de sol existentes en la época. Pero …

¿Qué forma puede tener la superficie de lectura horaria?

¿Desde cuándo es conocida la hora mediante la sombra (o la luz) proyectada por el Sol?

Para intentar disipar estas dudas hemos creado los siguientes enlaces con un apartado especial al conocimiento que esta ciencia y arte se tuvo durante el periodo hispano-musulmán, tiempo transcurrido entre los siglos VIII al XIV EC.