Vulnerant omnes, ultima necat

En nuestra Declaración de intenciones, manifestamos que mediante Reloj Andalusí, pretendemos extender y promover entre la sociedad en general, y entre la andaluza, española e hispanohablante en particular, el conocimiento de la Gnomónica. Pero…

¡Para qué sirve conocer la hora conocida por el movimiento aparente del Sol si no hay nadie que lo aprecie!

Nos estamos refiriendo al calentamiento global del que ya en 1985 nos advirtiera Carl Sagan en una comparecencia en el Congreso de los Estados Unidos en relación al efecto invernadero y cómo podría afectar a la Tierra en un futuro más o menos inmediato. Y es que las olas de calor cada vez más frecuentes y más intensas y duraderas, ¡solo son la punta del iceberg de los que se nos avecina!

En la parte inferior de este reloj de la Plaza de santa Eulalia, en Palma, puede leerse, en catalán: CADA HORA FER, SA DARRERA MATA (Cada hora hiere, la última mata)

No queremos pecar de alarmistas, no somos científicos, pero son ellos los que desde hace décadas nos vienen advirtiendo sobre los nefastos efectos de esta crisis climática: la naturaleza seguirá su curso, pero es la especie humana y la civilización la que está en juego. Una especie humana que supo hace milenos observar los movimientos celestes y el paso del Sol en el firmamento y en base a ello calcular ciclos anuales y estaciones y medir la duración de días, horas y minutos gracias a relojes de sol y otros sistemas.

Una forma de obtener la hora que mejorándose con el paso de los siglos influyó decisivamente en la vida de distintas civilizaciones conocedoras de la brevedad del tiempo y que de manera palmaria aparece reflejada en la sentencia de algunos relojes de sol y que es el título, en latín, con el que encabezamos este editorial.

Esperamos que el daño que poco a poco le estamos haciendo al mundo revierta y sepamos reaccionar -con tiempo suficiente- ante esta crisis climática que en este Antropoceno hemos provocado y nos permita continuar con la vida tal como hasta ahora la hemos conocido.

Es lo que clamamos a nuestros gobernantes porque
¡se lo debemos a nuestros descendientes!

Andalucía, verano de 2022

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